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Editorial - 1112

 

Saber escuchar - Beneficios

 

"Habla joven para conocerte" Sócrates, filósofo griego, siglo IV a C.

 

La palabra es la expresión de toda la persona. Al hablar, expresamos, sin darnos cuenta, nuestras ideas y sentimientos; nuestras fortalezas y debilidades.

Cuando hablas expresas lo que eres. Si tu voz es clara y consistente indica que tienes autoestima y personalidad, en consecuencia, la gente te respetará; pero si tu voz es débil, indica que tienes temor y eres inseguro. Si estuviéramos entrenados en el análisis de la expresión verbal podríamos conocer muchas cosas acerca de la personalidad de los seres humanos.

 

El cultivo de la voz es muy importante. Necesitas lograr una voz clara, consistente, fluida, vibrante y agradable, entonces, cuando hables, oirás tu voz poderosa que te recordará que naciste para triunfar y ser feliz, pero esto solo es posible si funcionas bien como persona.

El lenguaje es el mayor valor de la evolución. El cerebro procesa en base a un código verbal.
Gracias al lenguaje desarrollamos la inteligencia y la conciencia, por lo que, la evolución corre camino paralelo con el desarrollo del lenguaje.

 

Al hablar de lenguaje nos referimos a las palabras cargadas de significado que tienen el poder de activar el cerebro, de crear soluciones y de estimular a la acción y a la superación, porque existe también un lenguaje vacío de contenido que utilizan los muchos charlatanes que abundan en la sociedad, en la política...

Existe un principio de Programación Neurolingüística según el cual: La forma de percibir las cosas está determinada por las experiencias,  creencias y valores que el sujeto aplica según las circunstancias. Lo cual significa que, el ser humano no ve el mundo exactamente como es, sino que lo hace a través de representaciones mentales que tiene grabadas del mundo. Por la misma razón, cada persona percibe el lenguaje de los demás de acuerdo a sus experiencias, creencias, valores, prejuicios, temores, etc. De aquí la importancia de tener principios y valores bien definidos y de cultivar ideas, palabras y sentimientos positivos, porque percibimos las palabras y el mundo exterior de acuerdo a como somos por dentro.

Los seres humanos necesitamos escuchar con el cerebro y con el corazón para ponernos en el lugar de las personas, comprender sus ideas y sus sentimientos y relacionarnos en forma positiva.

 

Cómo escuchar

 

Escuchar es hacer silencio en el alma para oír la voz débil y profunda de la propia conciencia y de la conciencia de las personas.

 

Es ser receptivo, eliminar las actitudes defensivas. Es dar la mano franca y sincera y dar el primer paso al encuentro de los demás.

 

El hecho de escuchar a alguien significa que le respetamos, que comprendemos su posición, aunque no la compartamos necesariamente.

Significa que entendemos sus razones, aunque no estemos de acuerdo con ellas. Podemos discrepar, pero no tenemos por qué ser enemigos.

 

Cuando desees conocer los intereses, motivaciones o preocupaciones de las persona, entra en el silencio de tu espíritu, pon a funcionar tus mejores sentimientos y luego, escucha, escucha, escucha. La clave del conocimiento y del éxito está en saber escuchar los mensajes de dentro y los mensajes de fuera.

Las persona que saben escuchar activamente, es decir, tratando de entender los sentimientos y las razones de los demás, adquieren el poder de entrar en sus vidas, de convencer, de persuadir, de motivar...

Las personas tienen el defecto de no escuchar activamente, lo cual da origen a un diálogo de sordos. Casi todos los problemas de entendimiento provienen de no saber escuchar las razones del otro.

 

El diálogo sincero es el único camino para resolver las diferencias y, cuando éstas no se resuelven a través del diálogo, no se resuelven de ninguna otra forma. 

 

Para escuchar necesitamos dejar de lado los temores, los prejuicios y los complejos. Para entender a los demás debemos comenzar por entendernos a nosotros mismos.

 

Necesitamos estar abiertos a lo bueno de todos los hombres, de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las religiones y de todas las clases sociales. Esta es la mejor forma de evolucionar y de enriquecernos con la experiencia y con los valores de los demás.